EL JEFE DE GABINETE DE MARTINIANO MOLINA TRABAJÓ EN LA DICTADURA

Durante los últimos días se ha comenzado a cuestionar al Jefe de Gabinete Ariel López, designado por el intendente de Quilmes Martiniano Molina, por haber desempeñado funciones en la intervención municipal de Berazategui durante la última dictadura militar. Por su parte Molina justificó que «hay mucha gente que ha trabajado en esa época» y que «puede haber gente que crea que desde lo ético, no debería ser, pero yo les que lo conozcan”.

El libro «Leña: La historia ‘Negra’ de Berazategui» (1995) del periodista Alberto Moya, señala parte de su desempeño:

«Ariel López dice que su incorporación a la dictadura se dio en el contexto de una `transición a la democracia`. No es cierto. Esa transición se dio después de la guerra de Malvinas, en 1982, y no en la temprana sucesión de Jorge Videla, cuando el dictador Eduardo Viola hablaba de “sancionar instrumentos que habilitarán (a los partidos) a que se integren a la tarea común de consolidar una democracia”; meras palabras de ocasión que también había proferido Videla (el 19 de junio de 1979)»

López se desempeñó como Jefe de Prensa de Berazategui durante la gestión de Juan Mussi y desde esa área trajo a Mercedes Sosa cuando se cumplió el 31º aniversario del Golpe de Estado. Quizás en un intento por lavar su pasado. Mussi, entonces su jefe, había criticado aquella complicidad en 1980, así lo revela Moya en sus investigaciones ‘Las puertitas del Sr. López’ y ‘Operación Gordo Bueno’.

«Por entonces, Berazategui estaba tutelada por el Area 116 en que estaba parcelado el comando de subzona 11 (que dejaba a Quilmes en el Area 111). La ciudad en la que López golpeaba puertitas de cuarteles era monitoreada desde el Batallón de Comunicaciones en City Bell, con campo de concentración en la planta transmisora Los Plátanos (Transradio).
Sus víctimas –según la causa 382, elevada el 22 de junio de 1984 al Juzgado Federal 2, de La Plata– pueden estar en tumbas NN del cementerio de Ranelagh, localidad donde desde hace medio siglo López vive.
Si bien para cuando López traspasó las puertitas de la Intendencia, ya habían sido desaparecidas ocho decenas de vecinos de Berazategui, continuaba la pretensión del poder por escarmentar al pueblo: “En pocos países, puede darse eso de que comamos todos los días”, justificaba el brigadier Omar Graffigna (La Prensa, 11 de agosto de 1981) como práctica militar de lo que los grandes industriales ordenaban.
A tal punto llegaba la explotación obrera, que hasta los sindicalistas más mansos amagaron con denunciarla en la asamblea suiza de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Para evitarlo, la dictadura ofreció –entre otras concesiones– cuatro intendencias del conurbano sur. Una de ellas, según contaron en la Casa del Peronista, fue Berazategui.
Sólo faltaba encontrar quien prestara la cara.
A España, a convencer al profesor Rodolfo Spadaccini, habría viajado un operador del Centro Comercial. Ariel López niega haber sido él. Pero algún mérito debió tener para que, tras la asunción del 3 de julio de 1981, se colocara su nombre en la puertita de la Dirección de Prensa y Ceremonial, un lugar clave para modelar la ‘imagen’».

(Párrafo del libro de Alberto Moya «Y todavía lo votan»: http://albertomoyalibros.blogspot.com.ar/2010/03/berazategui-500-anos-reedicion-2008_05.html)

Por su parte, la agrupación Granate de SUTEBA, acaba de lanzar un comunicado rechazando al Jefe de Gabinete y Walter Ormazabal, dirigente de Suteba-CTA Quilmes, pidió su dimisión:

«Habiendo tomado conocimiento que el jefe de gabinete Ariel López, designado por el intendente Martiniano Molina, se desempeñó como funcionario de la intervención municipal de Berazategui durante la última dictadura, repudiamos su permanencia en el cargo (…)
Este funcionario no debe permanecer un día más en el cargo, su designación viola  incluso la normativa vigente, por lo que, de no ser cesado, encararemos una fuerte campaña junto a otras organizaciones que luchan por Memoria, Verdad y Justicia».

El intendente de Quilmes, Molina, al ser consultado por El Termómetro Radio el pasado 29 de enero, manifestó: “lo conozco hace más de veinte años, es un tipo al que valoro mucho, es un gran tipo, yo creo que hay mucha gente que ha trabajado en esa época, posiblemente puede haber gente que crea que desde lo ético, lo moral, no debería ser, pero yo le propongo a la gente que lo conozca”.

Hasta el momento López no dio respuestas sobre el asunto.

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